martes, 15 de agosto de 2023

Cuidados de la Platanera

La platanera es una planta perenne muy apreciada por sus frutos, pero también por su uso ornamental en interiores.

Su origen se sitúa en Asia, si bien a día de hoy su cultivo se ha extendido también por América, África y por las regiones del Mediterráneo.

Las hojas de la platanera pueden llegar a medir de 2 a 4 metros por medio metro de ancho. Nacen de un tallo rizomatoso que se encuentra enterrado.

La platanera es una planta con un crecimiento bastante rápido que, cuando sea adulta, podrá producir alrededor de 100 plátanos cada año de entre 15 y 25 cm de longitud.  

Se considera que una planta es adulta cuando tiene alrededor de 10 hojas.

Se desarrolla en condiciones óptimas, en terrenos cálidos y húmedos, con alturas sobre el nivel del mar, desde 0 a 1.000 metros.

Es una herbácea muy generosa, por cierto, la más grande del mundo, que se multiplica rápidamente y demanda muy poco, aunque las condiciones climáticas deben ajustarse a su procedencia tropical.

Toda la infrutescencia del platanero se denomina “racimo” o “manojo”. Los plátanos individuales, llamados “dedos”, se unen formando “manos” y están dispuestos en espiral alrededor del eje de la inflorescencia. Cada fruto individual crece primero hacia abajo y luego, debido a la acción de las hormonas de la planta, a los pocos días, hacia afuera y hacia arriba.

Existe una planta madre que por lo general muere cuando da sus frutos, al cabo de un año de vida aproximadamente, pero alrededor de ella se desarrollarán muchas plantas bebés conocidas popularmente como chupones o hijuelos. Y debajo de la tierra, existe un rizoma muy fuerte que se va extendiendo siempre que haya buenas condiciones.

Los tallos de los plátanos solamente producen frutos una vez, tras lo cual deben ser cortados, dando paso a los hijos, para que vuelvan a proporcionarnos nuevos racimos repletos de sabor.

Su tallo en realidad es un rizoma grande, muy almidonoso, subterráneo, es decir, vive debajo de la tierra.

En la parte superior posee yemas que se desarrollan una vez que la planta ha fructificado y florecido.

Cada yema o pseudo tallo produce un solo racimo de plátanos y muere, pero la planta tiene la capacidad de producir nuevos tallos procedentes del rizoma, los cuales reemplazan a los que se secan tras dar la cosecha.

Inflorescencia, 15 de Julio.

Penca y bellota, 9 de agosto.

En la época de floración, la corona se viste con un escapo pubescente calculado entre 5-6 cm de diámetro que finaliza en un racimo colgante de 1 a 2 metros de largo, con muchas brácteas ovaladas cubiertas de un polvillo blanco harinoso.

Justamente, de cada grupo de flores pertenecientes a una bráctea se aglutinan los frutos, llamados popularmente “manos”, porque suelen reunirse entre 3 a 20 frutos que parecen dedos colgantes.

Una planta tarda de 9 meses a 1 año en crecer y prodigar sus primeros frutos, pero hay que considerar una serie de factores claves para que la plantación sea exitosa. Veamos cuáles son.

La mejor época para plantar plataneras es en los meses de lluvia, es decir, los meses de invierno o principios de primavera.

El plátano se reproduce a través de hijuelos, brotes que nacen del rizoma principal y que son capaces de dar lugar a una nueva planta genéticamente igual a la original, más adelante veremos la forma de proceder para una plantación correcta de nuestro platanero.

Ubicación: Los plataneros prosperan en climas cálidos y tropicales necesitando una exposición adecuada a la luz solar para un crecimiento óptimo. Se desarrolla mejor en áreas con luz solar directa, aunque también puede tolerar algo de sombra parcial. Asegúrate de que estén protegidos de fuertes vientos, ya que pueden dañar sus hojas.

Temperatura: Es crucial para que el plátano pueda desarrollarse saludablemente. Lo ideal son las regiones tropicales o un clima cálido y húmedo, con rangos de temperaturas entre 21 y 30 ºC, promediando 27 ºC. Tolera muy mal las heladas.

El platanero necesita una alta humedad ambiental para crecer adecuadamente. La humedad relativa ideal para el cultivo de plátanos oscila entre el 75% y el 85%.

Suelo: El medio en el que crece la planta es un factor importante para el éxito del cultivo del plátano. El suelo ideal para los plataneros es uno que esté bien drenado, profundo y rico en nutrientes. Prefieren suelos ligeramente ácidos. Si el suelo es pobre, enriquécelo con compost o materia orgánica. La platanera no suele ser tolerante a la salinidad del suelo

Riego: Los plátanos requieren riegos regulares, lentos y profundos cada 2-3 días, en época de producción. Lo ideal es el sistema de riego por goteo. Se trata de un cultivo muy sensible a la sequía, pero también extremadamente susceptible a los daños provocados por inundaciones y a suelos continuamente húmedos y mal drenados. Mantén el suelo húmedo, pero evita el encharcamiento, ya que pueden ser propensos a enfermedades fúngicas si sus raíces están constantemente empapadas.

Acolchado: Aplicar una capa de acolchado alrededor del platanero puede ayudar a retener la humedad, mantener una temperatura del suelo más constante y reducir el crecimiento de malezas, especialmente cuando acolchamos con materiales orgánicos, los cuales al descomponerse aportarán materia orgánica y nutrientes.

Fertilización: El platanero es una planta que requiere un aporte adecuado de nutrientes para crecer y producir frutos de calidad. Un equilibrio adecuado, cada dos o tres meses, de macro y micronutrientes, como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y otros elementos esenciales, es fundamental para un crecimiento óptimo.

Limpieza del falso tallo: Se trata de retirar las vainas de las hojas que cubren el tallo, en realidad falso tallo, de la platanera, para evitar que sean foco de infecciones o las plagas se oculten en ellas. Se eliminan manualmente cuando están secas.

Deshojado: Como su nombre indica, consiste en eliminar las hojas viejas, dañadas o dobladas por el viento, amarillas y, en general, aquellas hojas que suponen un riesgo para la planta y no aportan mucho a ésta.

También se deben cortar las hojas que puedan rozar con el fruto, en la época en que éste está madurando, para evitar que se produzcan daños en la piel de éste.

Deberemos de tener en cuenta que no se debe de dejar nunca a la platanera con menos de 7 hojas.

Control de plagas y enfermedades: Aunque es una planta resistente y de gran capacidad multiplicadora, deberemos estar atentos a los invasores o inquilinos indeseados, porque atrae muchos bichos, pero el escarabajo picudo negro, es el más peligroso. Algunas plagas comunes incluyen araña roja, trips y pulgones. Otra enfermedad fúngica muy temida es la negrilla, producida por un hongo del mismo nombre común.

Hierbas competidoras: La vegetación que crece de forma espontánea alrededor de la platanera constituye una importante competencia por el agua, los nutrientes y, sobre todo al principio, por la luz y, además, puede hospedar plagas y enfermedades del cultivo. Habrá que controlar, por tanto, el desarrollo de estas hierbas para que no se impongan.

Se considera fase crítica al periodo de tiempo comprendido entre la siembra y los primeros 6 meses. En esta fase crítica, será muy importante mantener el suelo alrededor de la platanera libre de plantas competidoras.

Destronque: Es un cuidado básico de la platanera que se debe realizar para evitar que la producción decaiga por la excesiva acumulación de pies en la misma zona.

Consiste en cortar el tallo a ras de suelo, hay quien lo hace más arriba, una vez que se han cosechado los plátanos y tapar el tocón con ceniza y tierra para evitar la proliferación de plagas y enfermedades.

Apuntalamiento: Los racimos de plátanos pueden ser bastante pesados, por lo que es recomendable proporcionarles apoyo con madera, metal, cuerda o ganchos para evitar que se caigan y dañen la planta.

Nieto del 1º Platanero.

Platanero con “mellizos”

Deshijado: El deshijado, o raleo de hijuelos, consiste en la eliminación de los brotes o hijos secundarios que la planta emite cerca de su pie, que constituirán el futuro del cultivo, ya que el pie principal se cortará después de la cosecha, eligiendo el más fuerte para continuar con la producción. Al cortar los hijos se debe eliminar la yema de crecimiento para evitar rebrotes.

Se suelen dejar al menos dos hijuelos, que suelen llamarse “hija” y “nieta”. Cuando se cosechan los plátanos y se corta la planta “madre”, la hija pasa a sustituirla, la nieta se convierte en hija y habrá que seleccionar una nueva nieta.

Protección contra el frío y viento: Si vives en un área con inviernos fríos, asegúrate de proteger adecuadamente tus plataneros. Estos árboles, como ya hemos dicho, son sensibles al frío y pueden dañarse o morir si se exponen a temperaturas demasiado bajas. Cubrirlos con mantas o esteras durante los meses más fríos puede ayudar a protegerlos.

El viento es un factor muy importante en la plantación de las plataneras, ya que puede provocar daños en las plantas, como desgarres en sus grandes hojas y tallos, pudiendo estropear los frutos.

Desmane: También llamado “poda de manos” es una práctica que consiste en eliminar de abajo hacia arriba, y manualmente, las manos falsas o incompletas de los racimos. De esta manera, se potencia el desarrollo de las restantes.

Mano falsa es la que tiene un plátano más pequeño que los demás lo cual nos indica que a partir de esa mano los plátanos que salgan más abajo y hasta la flor ya no prosperarán por lo que, si no se caen por sí mismos, se eliminarán.

“Mano falsa”

Poda de la flor o “Bellota”

Poda de la flor: También se conoce como “desbellote” y consiste en cortar la flor de la platanera unas 3 semanas después de que haya florecido, para favorecer el engorde de los plátanos y evitar que pueda ser un foco de infección.

Una vez que los frutos de plátano comienzan a desarrollarse, podemos cortar la sección restante de la flor. En caso contrario el tallo continuará alargándose, produciendo frutos cada vez más pequeños, incluso puediendo llegar a caerse a los pocos días de desprenderse la bráctea.

Este corte se efectúa a unos 5 cm de la “última mano”. Se realiza solo en las variedades o clones cuya flor no se desprende rápidamente tras la floración.

Como siempre, las herramientas de corte han de estar perfectamente desinfectadas.

El tiempo que tarda un fruto de platanero en madurar varía según la variedad del plátano y las condiciones de crecimiento. Sin embargo, en promedio, tarda alrededor de 3 a 4 meses desde que aparece la inflorescencia (racimo de flores) hasta que el fruto está listo para ser cosechado. Sin embargo, ten en cuenta que esto puede variar según la variedad de plátano y las condiciones de crecimiento.

El tener en cuenta estas indicaciones permitirá un crecimiento saludable del platanero y un desarrollo adecuado de los frutos. Es importante mencionar que diferentes variedades de plátano pueden tener requisitos específicos, por lo que siempre es recomendable consultar con expertos agrícolas locales para obtener información más detallada según la región y la variedad específica que se cultive.

El proceso de maduración del plátano, ocurre en etapas:

·   Floración: Primero, el platanero produce una inflorescencia que contiene muchas flores. Estas flores deben ser polinizadas para que se desarrollen los frutos.

·      Desarrollo del fruto: Una vez que las flores son polinizadas, los frutos comienzan a desarrollarse. Cada fruto pasa por varias etapas, incluyendo un período de crecimiento acelerado.

·   Cambio de color: Los plátanos generalmente cambian de color a medida que maduran. En el caso de variedades como el plátano común o el plátano macho, el fruto maduro suele volverse amarillo.

·    Madurez: El momento exacto de la madurez puede ser un poco subjetivo, ya que algunas personas prefieren los plátanos más verdes y firmes, mientras que otros los prefieren maduros y más suaves. Sin embargo, cuando los plátanos alcanzan su color característico, generalmente están listos para ser cosechados.

Cuando la piña ya tiene entre un mes y 45 días, se observan muchas de las brácteas secas, a punto de caerse. Es importante fijarse que ahora los plátanos ya están en sentido horizontal y que al final de cada plátano brota una pequeña flor, esa flor que habrá que quitar de forma manual, bien con los dedos o bien con el cuchillo, dependiendo de la variedad cultivada y este proceso es lo que dejará la cicatriz que observamos en la parte inferior del plátano cuando lo comemos.

Este proceso, llamado “desflorillado”, también dejará otras marcas en los plátanos. Si nos fijamos bien, muchos de ellos tienen unas motitas negras que son gotas de savia o látex seco, que emana de los plátanos al realizar ese corte.

Para saber si un plátano está maduro y listo para ser consumido, puedes fijarte en su color y textura. Un plátano maduro suele tener una piel de color amarillo (o rojizo en caso de variedades rojas), con algunos puntos marrones. Además, estará más suave al tacto y se pelará con facilidad. Si prefieres los plátanos menos maduros, puedes consumirlos cuando todavía tengan una tonalidad más verdosa y la textura sea más firme.

Recuerda que los plátanos maduros son más dulces y suaves, mientras que los plátanos verdes son más firmes y tienen un sabor más almidonado. La elección de cuándo cosecharlos dependerá de tus preferencias personales y de cómo planees utilizarlos en tu cocina.

REPRODUCCIÓN DE LA PLATANERA:

Ciertas especies de plataneras silvestres se pueden propagar por semillas. En cambio, las cultivadas, han sido seleccionadas para que el fruto fuera dulce, carnoso y carente de semillas, por lo que hay que recurrir a otra solución para multiplicar estas plantas.

El plátano cultivado, se propaga a través de hijuelos, es decir, a través de brotes que nacen del rizoma principal y que son capaces de dar lugar a una nueva planta.

Vamos a ver, someramente, cómo plantar hijuelos de plátano con las debidas garantías de que la nueva planta pueda prosperar y si todo va bien, producir frutos después de unos meses:

·  Procederemos a la extracción de los hijuelos y posteriormente limpiarlos y desinfectarlos. Estos hijuelos es recomendable que tengan 7 hojas, al menos.

·      Para la limpieza de los mismos retiraremos los tejidos dañados ya que podrían ser un foco de infección y una causa probable de fracaso de la siembra.

·      La desinfección se puede realizar con lejía diluida en agua, a razón de 5 ml de lejía por litro de agua. Se prepara la mezcla en un recipiente y se sumergen los hijuelos durante unos tres minutos. Si no queremos emplear sustancias químicas de síntesis, como la lejía, podemos recurrir a la ceniza de madera. En ese caso, mezclaremos 2 kg de ceniza en 1 litro de agua y embadurnamos bien los rizomas, solo la base de los hijuelos, con la mezcla. A continuación, se dejan orear durante un día antes de plantarlos.


·     Preparación del hoyo: Realizaremos un agujero de unos 40 cm de diámetro y 40 cm de profundidad, tratando de acumular a un lado del hoyo la tierra de arriba y al otro lado la tierra extraída a más profundidad. Es importante regar en este punto, siempre que sea necesario, puesto que después de realizar la siembra no se acostumbra a regar el hoyo.

·     Abonado: Es importante añadir un abono rico en fósforo, en el momento de la siembra, para que la nueva planta arraigue y se desarrolle con vigor, hasta que las raíces puedan explorar más terreno por su cuenta. Mejor si es orgánico ya que se proporcionará nutrientes durante más tiempo. Mezclaremos el abono orgánico con un poco de tierra de la primera que se sacó del hoyo. Después se deposita la mezcla en el fondo del agujero, de forma que no quede en contacto directo con la base del hijuelo.

·    Plantación del hijuelo: A continuación, se introduce el hijuelo en el hoyo y se va añadiendo a su alrededor el resto de la primera tierra que se sacó del hoyo (esta sin añadido de abono). Luego, se continúa añadiendo la tierra sacada de la parte más profunda del agujero, hasta que se llene completamente el hoyo de plantación. Deberemos de asegurarnos de que las hojas del hijuelo quedan por encima de la superficie, y se termina pisando a su alrededor para eliminar el exceso de aire.

Conclusiones:

Producción de Alimentos Nutritivos: La platanera es una planta productora de plátanos, una fruta rica en nutrientes como potasio, fibra y vitaminas. Esto la convierte en una fuente valiosa de alimentos saludables para la dieta humana.

Decoración y Paisajismo: Las plataneras pueden ser elementos ornamentales en el paisaje de tu propiedad. Sus grandes hojas verdes y la estructura única de la planta pueden añadir belleza y un toque tropical al entorno.

Beneficios Ambientales: Las plantas, incluidas las plataneras, contribuyen a la mejora del aire al absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno. También pueden ayudar a crear microclimas más húmedos y frescos en su entorno.

Espacio Requerido: Las plataneras tienden a crecer bastante y necesitan suficiente espacio para desarrollarse. Debes tener en cuenta el tamaño de tu propiedad y si puedes proporcionar el espacio necesario para su crecimiento.

En general, tener una platanera, puede ser una experiencia enriquecedora, pero requiere dedicación y conocimientos para asegurarse de que la planta crezca saludablemente y produzca frutos de calidad.

Frase del día:

La mayor parte de los fracasos nos vienen por querer adelantar la hora de los éxitos. ”

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